Herzog se comprometió a comerse sus zapatos si Errol Morris lograba completar su documental sobre cementerios de animales, creyendo que ese era un tema poco interesante (tanto intelectual como estéticamente). Morris completó la película, produciendo así uno de los documentales más fascinantes del cine, Gates of Heaven (1978). Herzog, pues, tuvo que tragarse sus palabras y, por consiguiente, sus zapatos, acto que de por si fungió como semilla de un documental, Werner Herzog Eats His Shoe (1980), dirigido por Les Blank (quién aun no ha alcanzado el mismo reconocimiento de Morris o Herzog, aunque es un gran director por su propia cuenta).
Además de Werner Herzog Eats His Shoe, incluyo escenas cortas de Gates of Heaven y otro documental de Les Blank titulado Garlic is as good as ten mothers (…)
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario